viernes, 26 de abril de 2013

Creencias erroneas sobre el dinero

 
*El Dinero se acaba:

Este es un miedo originado por el hambre y la miseria que vivieron nuestros padres y/o abuelos durante la guerra civil. Es una paranoia que dice así: “El Dinero se me va a acabar y me quedaré sin nada”.

Crea la necesidad de ser tacaño. Produce miedo a dar y a gastar. No se puede disfrutar haciéndose uno regalos a sí mismo. Cada vez que se pagan las facturas se sufren ataques de angustia. Se cree que uno hace daño a la gente cuando le pagan dinero. Se vive con el pensamiento de que no es justo recibir todo el dinero que uno merece.

Afirmaciones positivas: Yo se que hay dinero para todos. Yo creo que el dinero circula y circulará siempre entre todos. A mi todo el dinero que doy me vuelve multiplicado.

* El Dinero no es espiritual: 

Procede de una mala interpretación de algunos comentarios de Jesús sobre los ricos. Se piensa que los ricos se condenarán. Se ama al dinero porque se le necesita, pero uno se odia a sí mismo por ello. Se cometen tabacadas para castigarse. Aparecen resistencias inconscientes a triunfar en los negocios y, como consecuencia, los negocios no rinden todo lo que se esperaba de ellos. Se puede incluso sentir verguenza por ganar mucho dinero.

Afirmaciones positivas: Para mi el dinero es una expresión de amor entre todos. Para mí el dinero es una manifestación de la creatividad santa del hombre. Para mí el dinero es energía al servicio de la mujer y del hombre.

* El dinero corrompe: 

Está basado en la creencia de que poseer dinero deshumaniza y que es injusto ser rico mientras haya tanta pobreza en el mundo. Se siente culpabilidad soterrada. Se puede caer en un permanente estado de tristeza y depresión. Atrae los robos y provoca malos resultados en las inversiones financieras. Son ricos que viven como si fueran pobres.

Afirmaciones positivas: El dinero es inocente. Cuanto más rico soy, más humano y generoso me siento, y cuanto más humano y generoso soy, más rico me siento.

* El dinero cuesta ganarlo: 

Se fundamenta en la frase bíblica: “te ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Y en otra más popular que dice: “Dios aprieta pero no ahoga”. Crea el hábito de luchar y de sacrificarse mucho para ganar todo el dinero que se necesita. Se vive con la angustia de no tener suficiente. Con demasiada frecuencia las cuentas bancarias se encuentran en números rojos. No se puede llegar a fin de mes con un sobrante. Imposibilidad para ahorrar.

Afirmaciones positivas: Yo soy rico porque trabajo en lo que me gusta. Yo gano mucho dinero de fuentes inesperadas. Cuanto más confío y me relajo más próspero soy. Yo me perdono por pensar que Dios no me quiere.

* El dinero lo compra todo: 

Representa el síndrome del niño mimado. Se concibe el dinero como un arma de poder. Produce Codicia. Se intenta comprar con dinero el amor y el reconocimiento de los demás. No se percibe el valor espiritual de la Vida ni de las Personas. Crea la necesidad de ganar más y más dinero para poder continuar gastándolo y derrochándolo. El estrés se hace inevitable y el vacío espiritual es enorme.

Afirmaciones positivas: Ahora yo, humildemente, invoco a las leyes de la creación perfecta que me conceden siempre todo lo que es bueno para mí. Cuanto más amor doy más amor recibo y cuanto más amor recibo más amor tengo para dar. Mi verdadero Poder reside en mi espíritu creativo. Para mí dar y recibir es el más excitante juego de la Vida.

* El dinero es seguridad: 

Está originado por un profundo sentimiento de abandono vivido durante la infancia. Provoca un exceso de control sobre la cantidad de dinero que se posee. Obsesión por ahorrar. Se pueden perder buenas amistades por amar más al dinero que a los amigos. Se vive al dinero como un agente protector y que elimina el miedo al futuro.

Afirmaciones positivas: Yo me amo y estoy seguro y a salvo. Para mi la supervivencia está siempre asegurada, pase lo que pase. Yo me apoyo en mi imaginación y voluntad para mi seguridad y sustento. Yo perdono a mis padres por desampararme.

* Sin el dinero yo no soy nadie: 

Es uno de los mensajes subliminales de la publicidad consumista. Se tiene la convicción de que el dinero solo pertenece a los ricos y a las personas importantes. Hay el riesgo de convertirse en un adicto a gastar y gastar el dinero. Se gasta más de lo que se ingresa y finalmente se entra en un circulo vicioso de tener que endeudarse para poder continuar con el mismo nivel de vida.

Afirmaciones positivas: Para mi el dinero es de todos. Yo soy importante por ser quien soy. Con dinero y sin dinero todo el mundo me quiere mucho. Yo soy un ser divino y maravilloso.



Vamos a explicar a continuación como realizar la transformación de la Consciencia mediante la técnicas de las afirmaciones del “Rebirthing”:

Investiga cual de estos siete pensamientos erróneos sobre el dinero rondan por tu mente.
Elige la afirmación positiva que a ti te gusta más o la que más rechazas. Cualquiera te puede servir para ejercitar la Maestría del Cambio Mental.

Se trata de desarrollar la Conciencia de Prosperidad y de anular la Conciencia de Escasez.
Escribe 21 veces consecutivas la misma afirmación durante un período continuado y sin interrupciones durante siete días. Y observa los resultados. Si quieres un mayor efecto practica la misma afirmación durante 21 días seguidos.

Todas tus afirmaciones deben ser escritas en tiempo presente, personalizadas (escribiendo el nombre con el que te llamaban de pequeño) y radicalmente afirmativas.

Para obtener el máximo rendimiento a esta labor conviene que comprendas que estas desprogramando y reprogramando tu mente. Por lo tanto, deberás escribir junto a cada una de las afirmaciones cualquier pensamiento, acontecimiento, sensación o sentimiento que contradiga a la afirmación positiva que estás trabajando. De esta manera, mientras repites tu afirmación estableces una nueva vibración mental, y al escribir las respuestas negativas desactivas los pensamientos negativos y caducos. Te ha de quedar muy claro que al introducir en tu conciencia un pensamiento que no tenías estás creando una contradicción interna, por eso debes, al mismo tiempo, eliminar esa contradicción escribiéndola también, pero sin repetirla.

El poder de la mente se basa en la atención, la repetición y la concentración. Por eso hay que escribir muchas y muchas veces el mismo pensamiento positivo hasta lograr que arraigue en la Conciencia. Recuerda, ten fe y paciencia. No hay ninguna duda de que el pensamiento es creativo y de que todo lo que ocurre en tu vida lo has pensado y lo piensas, ya sea consciente como inconscientemente.


viernes, 19 de abril de 2013

¿Tienes energía Cristal?



Traducción: Margarita LópezEdición: El Manantial del Caduceohttp://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
La energía Cristal es una impronta energética altamente empática y profundamente espiritual, que ha pasado a la vanguardia con los adultos nacidos en los 50s y 60s y las generaciones más jóvenes nacidas después de 1976. Los primeros Cristales introdujeron una forma altamente concentrada de la energía Cristal en el planeta, preparándolo para los niños que vendrían después. La energía Cristal es sensible, considerada, altamente intuitiva y muy conectada espiritualmente. Esta energía no se integra bien en la tercera dimensión y tenerla puede ser una carga, especialmente en un mundo que está tan enfocado en lo material.
Los Cristales son altamente empáticos, lo que los lleva a mantenerse fuera de la corriente principal, ya que simplemente sienten demasiado. Mientras que los Índigos son rebeldes y orientados a la acción, los Cristales son más tranquilos, pacientes, y si bien no son tan agresivos como los Índigos, tampoco son menos persistentes. Ellos prefieren actuar cuando sienten que la energía es adecuada para ellos, en lugar de liderar el ataque. Los adultos Cristal iniciaron el movimiento espiritual en los 70s y 80s, escribiendo sobre temas que nadie conocía ni entendía, pero persistieron en sus esfuerzos, contentos de permanecer en un segundo plano, sabiendo que con el tiempo, lo que antes se consideraba ‘raro’ sería común, como lo es hoy.
Los Cristales están aquí para crear equilibrio espiritual, para enseñarnos cómo integrar nuestros aspectos espirituales y materiales, para vivir en el cielo estando en la tierra. Pero la creciente polaridad del proceso de ascensión ha sido difícil para ellos y sienten que entraron en el espacio energético de la Tierra mucho antes de que éste estuviera listo para ellos. Ellos se sienten más cómodos en un ambiente altamente espiritual y acogedor y amable, y lo que encontraron se siente cualquier cosa menos eso. Ellos pueden sentir que están viviendo en dos mundos, el mundo apacible y seguro de su propia energía, y el mundo exterior que sienten que no los entiende ni aprecia. Ser sensitivos energéticamente puede crearles una falsa sensación de miedo, ya que a menudo no saben cómo separar su energía de lo que ellos sienten que les rodea. Ser sanadores naturales los lleva a precipitarse a sanar la energía, en lugar de dar un paso atrás y aplicar energía sanadora a un nivel más alto en el que están más cómodos.
Más que otros, ellos sienten los poderosos cambios y liberaciones energéticas actuales, y el miedo por el que muchas personas están pasando en este tiempo. Debido a que son tan empáticos y tienen un potencial sanador tan fuerte, tienen que esforzarse mucho para no integrar la negatividad que los rodea y tratar de transmutarla ellos mismos, lo que puede crear depresión, ansiedad, malestar físico y enfermedad, y desgaste energético.
Los Cristales se sienten como almas viejas, sabias en temas espirituales, pero a menudo infantiles cuando se trata de asuntos del mundo material. Su mayor desafío en la vida es mantenerse arraigados, enfocados y dentro de su energía, pero sin excluir al mundo y retirarse a su propio espacio energético seguro. Al equilibrar su empatía con el desapego, establecer fuertes límites energéticos y usar sus habilidades sanadoras desde un punto de empoderamiento y no como mártires, ellos ofrecen soluciones a muchos de los problemas del mundo, y pueden ayudar a otros a encontrar empoderamiento desde dentro de su propio centro espiritual. Pero sin el desapego, fácilmente pueden perder su enfoque, desarraigarse y flotar por la vida en una especie de limbo energético.
Las energías Cristal e Índigo trabajan juntas para ofrecer una solución completa para el mundo, identificando desafíos y proporcionando alternativas transformadoras. Dándosele tiempo, espacio y aliento, la energía Cristal ilumina, apoya, guía y dirige una profunda transformación de la energía más densa hacia sus más altas octavas. El mensaje Cristal enfatiza la sanación y el amor incondicional, cuando pueden mantenerse enfocados en el valor de sus dones y utilizarlos para edificar el mundo que los rodea. Sus dones residen en las artes, la música, compartir información, enseñar, canalizar, la empatía, compasión y sanación a nivel del alma. Fomentar la expresión de la energía Cristal en sí mismos, en sus hijos y en otros, crea aperturas energéticas hacia un mundo que está naciendo mientras el viejo mundo muere, para crear la poderosa transformación del cielo en la tierra, haciendo énfasis en la empatía y compasión, y buscando un equilibrio espiritual en un mundo enfocado en lo material.
Copyright (C) 2013 por Jennifer Hoffman y Enlightening Life OmniMedia, Inc. Todos los derechos reservados. Este material está protegido por leyes de derechos de autor de los EE.UU. e internacionales y se lo puede citar, traducir o compartir, siempre y cuando se incluya el nombre del autor y el sitio web Enlightening Life,www.enlighteninglife.com. Cualquier otro uso está estrictamente prohibido.
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Estamos en una nueva energía, creando un mundo nuevo. Seamos conscientes de nuestras elecciones. ¿Queremos seguir creando competencias y desazón? ¿O preferimos la colaboración e integridad? Por favor, honremos la labor de cada persona que hace su parte para que nos lleguen estos mensajes, respetando la totalidad de los créditos. Gracias.

martes, 2 de abril de 2013

Nuestro nombre es el primer contrato con el que cargamos

Interesante artículo de Alejandro Jodorowsky, escritor y psicoterapeuta, sobre las cargas con los nombres que llevamos. Tema interesante que abarca las Constelaciones Familiares. Para su reflexión.



Cuando bautizamos a un hijo debemos saber que junto con el nombre le pasamos una identidad. Evitemos por tanto los nombres de los antepasados, de antiguos novios o novias, de personajes históricos o novelescos. Los nombres que recibimos son como contratos inconscientes que limitan nuestra libertad y que condicionan nuestra vida. Un nombre repetido es como un contrato al que le hacemos una fotocopia, cuando en el árbol genealógico hay muchas fotocopias el nombre pierde fuerza y queda devaluado. Según Alejandro Jodorowsky, el nombre tiene un impacto muy potente sobre la mente. Puede ser un fuerte identificador simbólico de la personalidad, un talismán o una prisión que nos impide ser y crecer.

Ya hemos comentado en otro artículo que en los árboles narcisistas cada generación repite los mismos nombres de sus ancestros y con ello se repiten los destinos. ¿Atraen ciertos barrios a personas cuyo estado emocional corresponde al significado oculto de esos nombres? Dice Alejandro Jodorowsky que en Santiago de Chile vivió en La plaza Diego de Almagro, un lugar que él sintió como oscuro y triste. Resulta posible pensar que ese lugar era el reflejo de su interior en aquel momento de su vida. Diego de Almagro fue un conquistador frustrado. Por engañosos consejos de su cómplice Pizarro, partió de Cuzco hacia las tierras inexploradas del Sur creyendo encontrar templos con tesoros fabulosos. Después de muchas calamidades volvió como alma en pena a Cuzco, donde su traidor socio, no queriendo compartir las riquezas robadas a los incas, lo hizo ejecutar.

Podríamos dedicar unos minutos a observar el lugar donde vivimos: en la calle de un poeta, de una santa benefactora, de un descubridor o tal vez en la de un general asesino. Nada es casual, el mundo es como un espejo que nos refleja, cada vez que realizamos una mutación interior también cambia nuestro exterior, son señales del Universo a veces. ¿Podríamos decir que los nombres tienen una especie de frecuencia que sintoniza con ciertos receptores? ¿Qué tipo de receptores?   Inconscientemente nos sentimos atraídos por cientos nombres que reflejen lo que somos (a veces son exactos y otras veces están ocultos detrás de máscaras, sólo hay similitudes léxicas o fonéticas): Nuestra parte sana y positiva es un receptor que sintoniza con ciertos nombres, porque nos hacen gozar y sentirnos seguros.

Nuestra parte enferma y negativa es otro receptor que sintoniza nombres determinados, porque hay una intención supraconsciente de resolver el conflicto. Reflexionemos de nuevo en los nombres de lo que hemos atraído a nuestro mundo: -El nombre de nuestra empresa, centro de trabajo, escuela… -El nombre de nuestra pareja, amigos, jefes, profesores… -Personas que se cruzan en nuestro camino por “accidente” y se llaman exactamente igual que nuestro padre (o madre, hermano…) ¿Hay una programación inscrita en nuestro nombre y apellidos? Según nos cuenta Alejandro Jodorowsky, tanto el nombre como los apellidos encierran programas mentales que son como semi­llas, de ellos pueden surgir árboles frutales o plantas veneno­sas. En el árbol genealógico los nombres repetidos son vehícu­los de dramas.

Es peligroso nacer después de un hermano muerto y recibir el nombre del desaparecido. Eso nos condena a ser el otro, nunca nosotros mismos. Cuando una hija lleva el nombre de una antigua novia de su padre, se ve condenada a ser “la novia de papá” durante toda su vida. Un tío o una tía que se suicidaron convierten su nombre, durante varias generaciones, en vehículo de depresiones. A veces es necesario, para detener esas repeticiones que crean destinos adversos, cambiarse el nombre.

El nuevo nombre puede ofrecernos una nueva vida. En forma intuitiva así lo comprendieron la mayoría de los poe­tas chilenos, todos ellos llegados a la fama con seudónimos. ¿Hay ejemplos que nos permitan comprender la importancia del nombre?   Nuestro nombre nos tiene atrapados, ahí está nuestra “individualidad”     -Barrick Gold (oro en inglés es gold) se convirtió en el mayor productor de oro del mundo. -Brontis “voz de trueno” se dedica al mundo del teatro con una potente voz… -Maria, Inmaculada, Consuelo se asocian a la pureza, la virginidad, nombres que exigen perfección absoluta, que nos limitan -Miguel Ángel, Rafael, Gabriel, los nombres de ángeles dan problemas con la encarnación -César, poderoso y asociado a la ambición ¿Cómo sé si el nombre que he recibido me perjudica? Estudiar los nombres del árbol genealógico es igual que acceder al inconsciente.

En los nombres encontramos secretos. Es importante ver cómo funciona el nombre que nos dieron. Algunas cuestiones: -Lo primero es saber la persona que nos nombró. ¿Papá?, ¿mamá?, ¿abuelo?, ¿la hermana?, ¿el padrino?… El que nombra, toma poder sobre lo nombrado y no es lo mismo llamarme Micaela por mi abuela paterna, si el nombre se le ocurrió a mi padre para repetir el nudo incestuoso, o por mi madre, para ser aceptada en la familia de mi padre, dándole una hija-clon de su suegra.

-¿De pequeño/a me gustaba mi nombre o me hubiese gustado llamarme de otra manera? Los niños tienen una intuición especial y una fresca desinhibición que les permiten rechazar de pleno lo que les contamina. -Investigar de donde viene nuestro nombre: *Si es de algún familiar, es bueno analizar su destino y los caminos que recorrió en su vida, porque probablemente venimos a repetirlos. Llamarse René después de un hermano muerto, es cargar con él toda la vida.

*Si es de alguien significativo para quién nos nombró, nos caerá la carga de darle a éste lo que el otro no le dio.

*Si es de algún personaje histórico, novelesco, as del fútbol o princesa de Mónaco, viviremos frustrados y fracasados si no seguimos el guión.

*Si es por algo material, adquiriremos las propiedades de ese elemento. Por ejemplo, “si me llamo por la muñeca de mi hermana, me convertiré en su muñeca, ella jugará conmigo, me dominará”.

*Si me llamo por algo inmaterial, tenderé a fines abstractos ideados por nuestros padres, desatendiendo lo real e incluso, por oposición a ellos, llegaré a materializar lo contrario a lo que llevo escrito en el nombre. Llamarse Libertad, Paz, Luz, no siempre es sinónimo de ser libre, vivir en paz y tener las cosas claras.

-Los diminutivos: “Me llamo Manuel como mi abuelo, pero me dicen Manolito”, han proyectado en ti la figura de tu abuelo, pero tienes prohibido crecer y superarlo. 

-Los nombres compuestos: “Me llamo José Luís, por mi padre y mi abuelo”. Pobre de ti si la relación entre ellos era farragosa. 

“Me llamo “María José”, como dice Jodorowsky, “¡Catástrofe sexual!”. 

-Los nombres feminizados o masculinizados: Mario, Josefa, Carmelo, Paula, corresponden a deseos frustrados de que naciéramos del sexo contrario. 

¿Por qué no cambiarnos de nombre cuando este va cargado por un lastre que nos inmoviliza?   Nos aterra cambiarnos de nombre ya que tememos que dejaremos de ser reconocidos por nuestro clan. Tememos no ser reconocidos, ni identificados, no ser amados es el mayor temor que tenemos. Somos seres gregarios y pensamos que podemos morir si nuestro “clan” nos abandona, lo que es una herencia de nuestro cerebro arcaico.

Metafóricamente, el nombre que nos dan los padres es como un archivo del GPS que nos va indicando caminos digitalizados y guardados en la memoria familiar. Al nacer, nos instalan el archivo y vamos deambulando por el mundo por rutas más o menos pedregosas y abruptas, pero nos sentimos como en casa, porque ya fueron trazadas por el sistema operativo del árbol. Cambiarnos de nombre es arrojar el GPS por la ventanilla del coche y empezar a ver y a recorrer nuevos caminos, conquistar territorios que no habían sido archivados por nuestro árbol.

Es hacernos cargo de nuestro propio destino. ¿Cómo entonces llamar a nuestros hijos cuando nacen?   Alejandro Jodorowsky afirma que cada uno tenemos un nombre (podemos hacer aparecer a nuestro guía interior y pedirle nuestro nombre en un ejercicio de meditación o de visualización) que viene con nosotros incluso antes de ser concebidos. Es posible que durante la gestación, este nombre les llegue al mismo tiempo a ambos padres de forma telepática, si tienen suficiente capacidad de percepción. Si no es así, es el niño el que debe nombrarse más adelante. En el caso de tener que decidir como llamar al bebé, el nombre no debe haber existido en la historia de su árbol genealógico, ni haber pertenecido a personas o ideales de los que lo nombran.  

¿Qué haremos con nuestro nombre? si nos encontramos que nuestro nombre encaja con algunos puntos de lo aquí descrito, podemos hacer que nos empiezen a llamar por el segundo nombre, por ejemplo Dolores Carolina, si te llaman de pila Dolores y ya por sí el Dolores trae una carga, podemos hacer que empiezen a llamarte Carolina o el segundo nombre, o por ejemplo Carlos Antonio donde Carlos se repite en generaciones con ancestros de destino trágico, comenzar a llamarnos Antonio, no es fácil pero de una manera comenzamos a retrogradar.