lunes, 29 de octubre de 2012

Musicoterapia - Cuencos de cuarzo

Todo lo que nos rodea, todo lo que somos, es pura energía que vibra en diferentes frecuencias, de ahi que existen texturas, temperaturas, colores y dimensiones, entre otros, por esto es que se han buscado otros tipos de sanaciones donde estas vibraciones sean cambiadas y armonizadas, de estas técnicas de musicoterapia se desprende la sanación con cuencos de cuarzo, a continuación el detalle de técnica.

Cuencos de cuarzo: la medicina atlante



La leyenda asegura que los sabios de la remota civilización atlante conocían los secretos de la luz y el sonido en su vertiente curativa. Edgard Cayce, el famoso médium norteamericano, relata en sus libros las propiedades curativas del cuarzo y otras gemas que utilizaban los atlantes. Concretamente hace referencia, a unos cuencos de cuarzo de gran diámetro (entre 16 y 20 cms.) que serían empleados por los sacerdotes para convocar a los fieles al templo. El sonido que emitían era tan puro que podía ser oído a más de 500 metros de distancia. 
Buena parte de lo que se ha escrito de Atlantida y Lemuria procede de estas revelaciones. Es muy de agradecer que mediums como Edgar Cayce hayan aportado a la humanidad retazos de sabiduría de un valor incalculable como es la terapia de los cuencos de cuarzo, que aporta al siglo XXI la oportunidad de beneficiarnos de ella.
Por su parte la terapeuta canadiense Renee Brodie, utilizando la misma técnica de "canalización", se dedica desde hace unos diez años a recuperar este legado espiritual, recopilado hoy en el libro Sound Healing with Quartz Crystal Bowls y en el que dedica un capítulo a los cuencos mencionados por Edgar Cayce. 
La autora asegura que el empleo masivo de estos cuencos en el panorama de caos mundial armonizaría todo el aura del planeta sanando los chakras telúricos y, como consecuencia, a toda la humanidad. 
Brodie asevera que la información de Cayce era correcta y que los cuencos empleados con fines terapéuticos por los atlantes eran de distintas dimensiones, afín degenerar notas musicales diferentes. Así, para recrear el sonido en Mi tenían un cuenco de cuarto de 20 cms. de diámetro y otro de 15 cms. para obtener la nota Fa, siendo los sacerdotes los encargados de hacerlos sonar en el templo al lado del paciente. El cuenco de mayor tamaño lo empleaban para los problemas de origen emocional y el menor para enfermedades de la garganta, el corazón y la vista. Era suficiente pasar el cuenca 3 veces sobre la persona para que el sistema de ckakras del enfermo quedara restablecido . Con el paso del tiempo, añadieron un cuenco afinado en sol que utilizaban para llamar a la gente al templo y cuyo efecto sanador era colectivo. Nos cuenta en su libro, que en todos estos años de investigación canalizada, ha adquirido conocimientos sobre los sistemas terapéuticos atlantes, siendo conocedores de los misterios del color y el sonido; actuaban directamente sobre los conductos energéticos del cuerpo sutil, realizando delicadas intervenciones quirúrgicas en el cuerpo etérico. En muchos casos, sanador y paciente se sumergían en estado meditativo para visualizar mejor el órgano enfermo y, mediante el sonido de los cuencos de cuarzo y el efecto terapéutico del color, se producía la curación instantánea. Era un proceso indoloro. Sin embargo los científicos atlantes, a pesar de todos estos conocimientos o quizá a causa de ellos, no pudieron resistirse a las aplicaciones bélicas y destructoras de sus fuentes de energía y eso fue su destrucción.
                                        
Ciencia, Biología y Cuarzo.

La “preconizadora” -por decirlo de algún modo- de la fabricación de los cuencos de cuarzo, ha sido en este caso la industria electrónica, quien a partir de los años 60 se vio en la necesidad de crearlos a fin de proteger al chip electrónico mientras se formaba a elevadas temperaturas. Su fabricación se lleva a cabo haciendo girar partículas cristalinas de silicio en un molde con forma de cuenco. El silicio empleado es cuarzo puro y proviene de varios yacimientos de los Estados Unidos. Cuando las partículas adoptan una posición estable gracias a la fuerza centrífuga, se funden juntas mediante un soplete de arco eléctrico calentado hasta unos 4.000 -C. Estas temperaturas permiten que las partículas aisladas de silicio, se reúnan para formar una estructura amorfa de una resonancia purísima capaz de transmitir ondas de sonido audible a grandes distancias. Se fabrican tanto cuencos transparentes como opacos, con la misma eficacia, aunque evidentemente esos últimos estan elaborados con el mineral en su estado puro mientras que el transparente debe ser tratado químicamente.

La moderna Biología comienza reconocer que muchas sustancias y tejidos del cuerpo humano, tienen las mismas propiedades que los cristales líquidos. El medico e investigador americano Ryerson asegura que, existen en el cuerpo físico y en los cuerpos sutiles varias estructuras cristalinas similares a cuarzo que amplifican el resultado positivo de las terapias víbracionales. Las sales celulares, los tejidos grasos, la linfa, los glóbulos rojos y blancos y la glándula pineal, son estructuras cristalinas que forman un sistema completo en el organismo, de manera que podriamos decir del ser humano que es un "cristal vivo". Nuestro ADN se estructura en una doble espiral similar a la del cristal de cuarzo. Hay cuatro moléculas de sílice en cada una de nuestras muelas, y también está presente en la estructura cristalocoloidal liquida del cerebro. La sílice, que es cuarzo (óxido de silicio), abunda en los huesos, la sangre, el cabello, la piel, las uñas, los dientes.

La glándula pineal cuyas calcificaciones lo convierten en un auténtico cristal, es una de las más beneficiadas terapéuticamente hablando ya que aprovecha el canal que une entre el bulbo raquídeo y el cóccix favoreciendo prácticas tales como la meditación. De hecho, se ha demostrado que esta glándula tiene un papel relevante como "reloj biológico" para distinguir el día y la noche, propiedad que le acercaría aún más al cristal de cuarzo que se emplea mucho en la industria relojera sin olvidar que el corazón de nuestro querido ordenador (microprocesador) es un chip de puro cuarzo.

La acción curativa de los cuencos se debe a la resonancia entre su estructura de cristal y la propia red cristalina del organismo humano, aunque los cuencos, generan un patrón de onda sinusoidal que resuena con las partículas con las que entra en contacto, ya sea de cuerpo humano o cualquier otra materia.

El efecto curativo del sonido generado por los cuencos de cuarzo sobre el cuerpo, se produce al entrar en resonancia ambos sistemas cristalinos. El sonido producido influye profundamente a los hemisferios cerebrales. De hecho se pueden combinar determinados sonidos, llamados bineurales, para lograr su armonización que repercute en la columna y se expande a las células, líquidos y órganos.

Dice el músico Stephen Halpern “ su música puede cambiar el estado de conciencia del oyente”. Se activa mediante un mazo de goma según los casos; por ejemplo para el cuenco de 15 cms. se emplea un cilindro de cobre hueco forrado de ante. En ese hueco se pueden introducir afirmaciones positivas, gemas o pequeños recipientes con elixires. Tras hacer sonar el cuenco, se deja este mazo delante de él para que pueda transmitir la energía sutil al contenido.
La resonancia se produce cuando las vibraciones de un objeto alcanzan a otro haciéndole vibrara su vez. Si los dos objetos tienen frecuencias similares, al hacer vibrar uno el otro lo hará también. Este efecto es fácil de comprobar con dos diapasones afinados en el mismo tono: al hacer sonar suavemente uno de ellos, el otro sonará también por resonancia simpática; este es, de hecho, el principio esencial de la musicoterápia, que se fundamenta en el grado básico de vibración de un objeto.

Fuente: http://www.esquinamagica.com/articulos.php?id1=4&id2=4&idar=224

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